La banca en la sombra y la revisión de la estrategia

Entender cómo funciona la economía

Nuestro trabajo es mantener los precios estables. Para hacerlo bien necesitamos entender cómo funciona nuestra economía. Esta es como un motor compuesto por diferentes piezas, y una pieza fundamental es el sistema financiero, que incluye a los bancos, las empresas de seguros y los mercados financieros, entre otros. El sistema financiero ayuda a que el dinero fluya en la economía cuando y hacia donde se necesita.

Una economía cambiante, un sistema financiero cambiante

La economía ha cambiado mucho desde la última vez que revisamos nuestra estrategia, en 2003. Uno de los cambios es la forma en que se financian las empresas. En el pasado, simplemente pedían préstamos a los bancos. Aunque el crédito bancario sigue siendo una fuente de financiación muy importante en la zona del euro, hay otras vías que cada vez son más habituales. Por ejemplo, las grandes empresas se financian cada vez más mediante la emisión de bonos corporativos. Y estos bonos, a su vez, los compran a menudo entidades financieras que pueden operar como bancos normales, sin estar sujetas a tanta normativa. De ahí la expresión de «banca en la sombra».

Nuestra política monetaria se transmite a través del sistema financiero

Es importante estar atentos a fenómenos como este, porque nuestra política monetaria llega a las personas, a las empresas y a los Gobiernos a través del sistema financiero. Por ello, el Consejo de Gobierno ha incluido la banca en la sombra en la revisión de nuestra estrategia.

Ya no se trata solo de los tipos de interés, sino también de otros instrumentos de política monetaria

La forma en que utilizamos nuestros instrumentos de política monetaria depende en parte de la manera en que el sistema financiero logra canalizar los fondos en la economía. Tomemos el ejemplo de nuestros tipos de interés: ajustándolos influimos en lo caro que les resulta a las personas y a las empresas obtener préstamos de los bancos. Esto, a su vez, afecta a sus decisiones de gasto e inversión, y, en consecuencia, a la evolución de los precios.

Pero si los préstamos de los bancos pasan a ser menos importantes como fuente de crédito, ello incidirá también en el modo en que las variaciones de nuestros tipos de interés afectan a la actividad económica en general. Este es uno de los motivos por los que utilizamos otros instrumentos de política monetaria para mantener la estabilidad de precios. Un ejemplo son las compras de activos. Con nuestras compras de activos, como los bonos corporativos, podemos hacer que a las empresas les resulte más barato financiarse, lo que puede ayudar a la economía y apoyar la estabilidad de precios.

La banca en la sombra puede ser un riesgo para la economía

Puede ser positivo que las empresas ya no tengan que depender tanto de los préstamos bancarios. Cuando los bancos atraviesan dificultades, podrían reducir las cantidades que prestan, lo que, a su vez, perjudicaría a las empresas que necesitaran financiación. En momentos como esos, contar con fuentes de financiación alternativas puede serles muy útil.

Pero también hay riesgos. Por ejemplo, los bancos en la sombra no están tan regulados como los bancos normales, lo que significa que pueden tomar decisiones más arriesgadas porque la normativa no es tan estricta para ellos. Si esas decisiones resultaran equivocadas, estas entidades podrían sufrir graves pérdidas. Y si los bancos en la sombra tienen cierto tamaño, estos efectos podrían generar inestabilidad en todo el sistema financiero. Este hecho podría dañar a la economía y, dado que tomamos decisiones pensando en ella, afectaría a nuestra política monetaria.

El Consejo de Gobierno incluyó la banca en la sombra en la revisión de nuestra estrategia porque es importante vigilar estos cambios en el sistema financiero. Seguir entendiendo cómo funciona la economía, nos permite asegurarnos de que tomamos las decisiones adecuadas para mantener los precios estables.